Ante la ley

Ayer fue un día raro. Mientras el Estado literalmente contaba las partes que lo componen moría Néstor Kirchner, el hombre que le dio el nombre local al populismo "del siglo XXI". 

Por un lado, la política estatal hacía el recuento de su estructura. Sabemos la importancia del número como criterio para valorar cualquier política estatal. Por otro lado, moría el representante criollo del así llamado "proceso de transformación" que sólo viene a restaurar el orden amenazado por las revueltas que sucedieron a la "primavera" del fin de la historia. El triunfo del mal menor ya tiene su mártir argentino. 

Hubo, como era de esperar, especulaciones varias, vaticinios apresurados y hasta ciertos atisbos de euforia mal disimulada por parte de la derecha y los representantes del poder económico más concentrado. Y en el campo nacional y popular, francas muestras de dolor, y un reafirmado apoyo a la continuidad del "proyecto" cuyo nombre es, en nuestro país, Néstor Kirchner, o más genéricamente, kirchnerismo.

Kirchnerismo: El nombre que logró atribuirse una serie de genuinas conquistas populares, entre ellas: anulación de las leyes de impunidad a los genocidas, depuración de la corte suprema, democratización de los medios de comunicación, ley de matrimonio igualitario, desprivatización del sistema jubilatorio, el correo, aerolíneas, etc.

Pero, ¿esto es realmente así? 

El ejercicio que propongo es muy simple: ¿a quién atribuimos estos logros? ¿A la huella del levantamiento político de 2001 o a un gobierno que asumió con el 20% de los votos en medio del descontento generalizado?

Y en caso de que los logros sean conquistas de la lucha de trabajadores y militantes, ¿por qué atribuírselos a un gobierno? Pensemos la situación de diciembre del 2001, pensemos en la consigna "Que se vayan todos", pensemos en la necesidad de la clase dominante de restablecer el orden que comenzaba a tambalear.

Pensemos en frío, fuera de toda épica personalista, fuera de toda pseudo militancia clasemediera, fuera de todo dogmático tributo al líder, a la nación, a la patria y a los santos evangelios... Si está muy claro que esto no es obra del gobierno sino de años de lucha popular... ¿qué es lo que hay que agradecerle al kirchnerismo?

¿El mero hecho de darnos permiso para dar apenas un pasito hacia un promisorio futuro de igualdad y justicia?

Según este punto de vista no hay nada por fuera del Estado. Política es sinónimo de gestión: Gestión del equilibrio de los mercados y la libertad de las empresas para algunos, gestión del hambre y las necesidades perentorias para otros. Hay simples demandas y necesidades sociales por un lado, y gobiernos que se suceden en la ruleta electoral por el otro. Hay que tener fe para que nos den permiso, para que nos dejen pasar. 

¿No es exactamente la misma posición del campesino de "Ante la ley", la inquietante parábola de Kafka? El campesino se encuentra ante las puertas de la ley, abiertas de par en par, aunque flanqueadas por un imponente guardián que le prohíbe la entrada bajo amenazas pero que al mismo tiempo le sugiere que se anime a entrar a pesar de su prohibición.

Como se trata de las puertas de la ley, el campesino prefiere esperar a que lo dejen entrar. Espera penosamente toda su vida y antes de morir quiere saber por qué, después de tantos años, tan solo él ha pretendido pasar por esa entrada. El guardián responde:
Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para vos. Ahora voy a cerrarla.

Mi última pregunta es: ¿hasta cuándo vamos a seguir esperando ante las puertas del Estado?

Comentarios

  1. Muy buen artículo... me tomé el atrevimiento de replicarlo en taringa!

    http://www.taringa.net/posts/info/8180874/Equot_Ante-la-LeyEquot_-Hipotesis-Comunista.html

    Saludos

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