Para Egipto, éste es el milagro de la Plaza Tahrir - Slavoj Žižek
The Guardian Uno no puede sino apreciar la naturaleza "milagrosa" de los acontecimientos en Egipto: pocos pudieron predecir lo que ha pasado, las opiniones expertas fueron refutadas, como si el levantamiento no fuera simplemente el resultado de las condiciones sociales, sino la intervención de un agente misterioso que podríamos llamar, de una manera platónica, la idea eterna de libertad, justicia y dignidad. El levantamiento fue universal: todos nosotros, alrededor del mundo, pudimos identificarnos inmediatamente con él, y reconocer de qué se trataba, sin la necesidad de ningún análisis cultural de las características de la sociedad egipcia. En contraste con la revolución de Jomeini (en la que la izquierda tuvo que contrabandear su mensaje dentro del marco islamista predominante), aquí el marco es claramente el de un llamado universal y secular de libertad y justicia, de tal manera que los Hermanos Musulmanes han tenido que adoptar el lenguaje de las demandas seculares.